miércoles, 29 de julio de 2009

Pequeños puntos de vista IV

Todos los días por la mañana, antes de irme a trabajar, paso por las habitaciones de los niños y les doy un beso, sensible y metrosexual que es uno. Y, normalmente, no se enteran pero, sobretodo E. (la niña), me pregunta cuando vuelvo si le he dado el beso antes de irme, y me pide que la despierte para dárselo.


¿A qué viene esto? Paciencia, coño, que me estaba quedando una historia muy bonita.


Esto viene a que hoy, al darle el beso a E., se ha despertado y me ha dicho:


- Hasta luego papá. Cuídate mucho y no hables con desconocidos.


Me he ido riendo hasta la puerta, aunque estoy pensando en aplicar eso de no hablar con desconocidos en el trabajo, e incluso con algunos conocidos.



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