viernes, 13 de febrero de 2015

GAZPACHO DE LA IAIA

Cada año por diciembre y enero solemos escuchar en los Telediarios la frase: "Este año el verano se ha extendido hasta el otoño. Hemos tenido unas temperaturas que no se habían dado en los últimos cincuenta años. El invierno promete ser muy suave." Y en febrero hace un frío que no es que el grajo vuele bajo, es que se metamorfosea en topo.
 
Mucho habría que hablar sobre la evolución de las especies a lo largo del año, algunas migran hacia lugares más cálidos, los osos se pegan una sobada de meses cual Homer Simpson o un servidor, de hecho creo que yo serviría para astronauta, podría permanecer hibernado durmiendo varios millones de años, eso sí, con un gotero de torreznos y cerveza enchufado en vena. Pero ¿qué ocurre con los animalitos que no pueden migrar y no son capaces de conciliar el sueño? Estoy convencido de que evolucionan, se transforman en otros seres vivos. Nosotros pensamos que son diferentes especies, pero en realidad son adaptaciones a las estaciones. Por ejemplo, las ovejas, los perros, los gatos, se cubren de pelo en invierno y lo sueltan en verano. Bueno, las ovejas a la fuerza, el resto lo deja por ahí tirado. Sin embargo, ¿alguien ve águilas en invierno? Porque en primavera y verano se ven, pero en invierno se transforman, como los Autobots. Las águilas se convierten en tigres blancos, en lobos, en linces,..., dependiendo de la zona geográfica del Planeta en que nos encontremos. La prueba es que últimamente en invierno hay más ataques de lobos a las reses de los ganaderos. ¡Claro, es que hay más! 
 
Lo sé, el mundo desaprovecha este cerebro que Dios me ha dado. No os preocupéis, le pasa a todos los grandes. Años después de mi muerte alguien leerá estos posts y mi nombre figurará entre los Genios del mundo contemporáneo.
 
¡Sí. Me he tomado la medicación!
 
Perdón era mi mujer recordándome algo que tenía que hacer.
 
Aunque también hay animales que subsisten todo el año, y a los que ha estresado el ser humano. Es el caso de las hormigas. Antiguamente, las hormigas trabajaban en primavera y verano para poder pasar el otoño y el invierno sin penurias y calentitas en el hormiguero. Pero ahora, como tenemos calefacción en todas las casas, ésta ha conseguido que las hormigas trabajen recolectando miguitas durante todo el año, en verano al aire libre, y en invierno en nuestras casas. Empiezo a pensar que es el siguiente paso en la evolución de la vida en la Tierra. Un cataclismo se llevó a la población de dinosaurios y quedamos los hombres, que éramos más pequeños y organizamos el mundo a nuestra manera. Ahora somos nosotros los que superpoblamos el Planeta y nos matamos en guerras estúpidas, hasta que llegue el gran pedo que nos extinguirá a todos, y al que sobrevivirán animales más pequeños. Las hormigas dominarán el mundo. Serán la evolución de los seres humanos. Trabajarán en todas las estaciones, y las cigarras vivirán felices puesto que no tendrán por qué pasar frío ni hambre nunca. ¡Hala, ya nos hemos cargado el cuento!
 
¿Qué ocurre? Me debe haber hecho efecto la medicación ¿Qué es esto que he escrito? No tiene ningún sentido. No entiendo nada. Menudo gazpacho de ideas. Hablando de Gazpacho, mi madre hace uno buenísimo. Os voy a contar como se hace.
 
Necesitaréis:
 
2 Kilos de tomates
2 Pimientos verdes de freír
1 Pepino
3 o 4 Dientes de ajo
Comino
Aceite
Vinagre
Sal
 
 
 
 



Cortamos el tomate, el pepino (pelado) y el pimiento en trozos.




 
 
Picamos el ajo, y lo ponemos en el mortero junto con 4 cucharadas de aceite de oliva virgen, 2 cucharadas de vinagre, una cucharada de café rasa de comino (no más que da mucho sabor) y un pellizco de sal.
 







Majamos la mezcla con la mano del mortero, hasta que estén más o menos deshechos los ingredientes.







 
A continuación pasamos por la batidora, o licuamos en un vaso triturador, los trozos de tomate, pepino y pimiento






Y cuando tengamos el vaso de la batidora lleno, vaciamos parte de este, dejando siempre un culín para que cueste menos triturar la siguiente remesa, en el Chino, para filtrar algo los pellejos. Por supuesto el Chino debe estar encima del recipiente donde vais a guardar el gazpacho, sino os lo vais a tener que tomar con una bayeta, y no sabe igual.
 









 
Antes de proceder a triturar la segunda remesa de hortalizas, volcamos el contenido del mortero en el Chino, encima de la primera entrega de gazpacho, y le damos vueltas para que vaya cayendo todo y mezclándose a la vez.
 



 
 
 
Continuamos triturando y volcando en el Chino hasta que agotemos las hortalizas.
 
Finalmente llenamos el vaso de la minipimer con algo de agua para que caigan todos los restos que le hayan quedado pegados en el Chino.
 
Probamos el resultado y le añadimos más sal, aceite o vinagre, hasta que alcance el toque que más nos guste.
 
Seguidamente lo introducimos en la nevera unas horas, y listo para beber.
 
Cuidado con pasarse con la sal o el vinagre al final, porque al enfriarse se potencia el sabor de estos ingredientes.
 



 
 
 
Ahí tenéis varios litros de gazpacho listos para consumir. Y no solo es comida de verano. Evoluciona en las casas y se puede tomar en invierno.
 
 
Os dejo. Tengo que tomarme la pastilla otra vez.
 
 
 
 


sábado, 7 de febrero de 2015

CAMINANDO. CABO UDRA

Como ya os conté soy un verso suelto de la Santa Compaña, por eso me encanta descubrir paisajes gallegos, y si va acompañado de un día nuboso, o de gigantescos árboles que tapan la luz del Sol para conseguir una mejor ambientación, pues miel sobre hojuelas.
 
En este caso el guía fue mi cuñado Pedro, quien al ver que el día no daba para playa propuso que los niños se desfogaran paseando por el monte. Y así nos dirigimos hacia Cabo Udra.
 
Al llegar aparcamos, y como podéis ver en la foto el día prometía de todo menos dejarnos pasear. Aún así nos arriesgamos.
 
 
 

 
 
Al lado del aparcamiento, había un par de caballos, o mulos, o..., semovientes a fin de cuentas, con los que nuestros hijos se entretuvieron un buen rato, y así los semovientes de sus padres tuvimos unos minutos de descanso.
 
 






Poco más tarde, echamos a andar a través del bosque, por el sendero marcado, pero en cierto momento mi hijo y yo leímos un cartel que decía CHOZOS DO CHAN. Yo sabía que chan era suelo en galego, pero chozos, aunque se parecía a choza, no conseguía imaginar su significado. Me volví para preguntar a mi familia Celta, pero ya estaban algo lejos, así que nos miramos mi hijo y yo y dijimos: ¡Vamos, ya les alcanzaremos luego!
 
Y descubrimos que los Chozos do Chan eran casas, chozas, que se construían aprovechando grandes rocas del suelo. La verdad es que algunas eran una maravilla.
 
Son muy conocidas las cuevas de Almería y Granada, porque aún vive gente en ellas, pero esto es una maravilla histórica.
 
Según parece eran refugios que utilizaban los pastores en el siglo pasado.








Nos metimos dentro de algunas de ellas, y aunque no eran muy espaciosas servían bien a su propósito. No obstante, había una con mejor habitabilidad en la que no entramos, porque desde la puerta se podía ver que también la usaban en este siglo para diversos menesteres. 

La vista de dentro hacia fuera era ésta.





 
Y desde la puerta se podía ver el habitáculo. Para que os hagáis una idea os pongo la foto abajo. En este no podías estar de pié. También es cierto que en el siglo pasado eran más bajitas las personas.
 






Aquí os dejo la imagen de otro más amplio y en el que si te podías poner de pié. Este tenía hasta un ventanuco en un lateral.








Aquí aparece el intrépido explorador de mi hijo entrando en él, con sus pantalones caídos. Tengo una foto del ventanuco, pero sale mi hijo sentado en él como si fuera la taza del váter. Recuerdo que me dijo, espera que subo por el otro lado y me haces una foto. Así que le hice una foto desde dentro con él sentado por fuera. Hay fotos a vista de pájaro y fotos a vista de mojón. Esta pertenece a la última clase ¿A quién habrá salido este payaso? Aunque la verdad es que nos reímos un rato.  




 

 
El siguiente es el más grande que vimos. El que os he contado que aún le daban uso los lugareños para ciertos menesteres.
 
Las vistas son una maravilla.




 







 
Después continuamos mi hijo y yo caminando para intentar encontrar al resto de la familia, y nos metimos por varios senderos, llegamos a los acantilados, vimos caballos salvajes cuya presencia habíamos detectado hacía tiempo por la cantidad de cagadas que tuvimos que esquivar. Era un verdadero campo de minas.
 
El paisaje abrupto y rocoso, arropado por las nubes era una delicia. Podías ver las Islas de Ons y Onza en el horizonte.
 




 
 
Y mirando hacia el suroeste aparecía esta maravilla.
 
 





Volvías a girar la cabeza y te encontrabas con otro reto para un pintor.




 

Finalmente nos encontramos con el resto de la tropa, se subieron a las rocas, cogieron moras, se mancharon con ellas, se llevaron broncas,..., se lo pasaron en grande.
 
Y no sé bien como, terminando de recorrer la zona, nos giramos, y vimos uno de los mejores espectáculos de la naturaleza. No, no es Claudia Schiffer. Es una puesta de Sol sobre el mar y bajo las nubes, iluminando las Islas de Ons y Onza como si fuera el Día del Juicio Final. Realmente parece que ha subido el Infierno a la Tierra. Se pueden adivinar las llamas, y me parece ver a JuanRa al fondo.









 

De regreso al coche, con un sabor de boca inmejorable por las maravillas con las que la naturaleza nos había deleitado, nos encontramos de golpe con la dura realidad de este Mundo. Antes de salir del entorno, antes de llegar a los coches, en este paraje bucólico, aparecía un chalet inmenso que materializaba en ladrillo el dicho: "No hay parto sin dolor, ni hortera sin transistor." La imagen de la entrada al chalet lo dice todo. Por menos de esto echó Dios a Adán y Eva del Paraíso. 

 


 

 
 
 
¡Y tenía dos! Uno a cada lado de la puerta.
 
 
Espero que os hayan gustado las imágenes. Y si podéis pasad a visitarlo, merece la pena.