viernes, 9 de agosto de 2013

PAPAS CON SALMÓN

¿Qué podemos cocinar en verano que sea fácil y se pueda preparar el día anterior para poder disfrutar de la playa, o del chiringuito, o de la montaña, o de..., sin estar pendiente de volver antes para hacer la comida? Algo que además se pueda comer frío si no te apetece ni pasar el trabajo de utilizar el microondas.

No parece sencillo. Fácil elaboración, conservable en nevera, admisión de degustación al instante y en frío. Está el gazpacho de bote, la cerveza con panchitos, latas de conservas varias, aceitunas,... Por cierto, ¿alguien se ha dado cuenta de lo difícil que es encontrar en un Super aceitunas que no estén rellenas? Nuestros hijos llegan a pensar que ya caen del árbol sin hueso y rellenas de anchoa. Las variedades de olivo en lugar de Picual, Arbequina,..., son Pimientino, Jalapeñero, Anchoal,...

Pero no nos desviemos del asunto que nos trae hasta aquí, que ya no sé cual era.

He tenido que releer el post desde el principio para volver a centrarme, y la respuesta al plato que buscamos la encontramos en las Papas con Salmón.

Necesitaréis los siguientes ingredientes:

1 Bandeja de salmón ahumado
1 Bote de Mahonesa
3 o 4 Patatas
Leche
Sal






Colocamos agua en una cazuela, le añadimos una cucharada de leche y un poco de sal. La ponemos a calentar hasta que hierva el agua.






Cuando empiece a hervir introducimos las patatas sin pelar, y las dejamos de 20 a 30 minutos. Podemos pincharlas con un tenedor para ver si están hechas. No conviene cocerlas en exceso porque se nos desharían. Como veis cocerse en exceso es muy malo, a nosotros se nos deshace el hígado.






Una vez cocidas las sacamos, las pelamos (si te has quemado los dedos es que eres un cagaprisas, termina de leer antes hombre) y las cortamos en rodajas un poco gruesas. Conviene esperar a que se enfríen antes de pelarlas. (Ahora ya puedes ansioso).

Ponemos una capa de patatas en una fuente para el horno.






Ponemos sobre la capa de patatas otra de salmón ahumado.






Cubrimos todo con una capa de mahonesa.







Ponemos el horno a calentar en modo gratinado a 200 grados durante 10 minutos y luego metemos la fuente. Aquí conviene estar muy atento, porque la mahonesa cuando empieza a gratinarse se quema en segundos. Lo que me pasa a mí en el trabajo con algunos individuos a los que yo llamo catalizadores.

Al terminar obtenemos este delicioso plato que se puede comer tanto caliente como frío.













viernes, 2 de agosto de 2013

HAMBURGUESA AL ROQUEFORT

Hay quien puede pensar que en la Comunidad Valenciana solo se dan las Fallas, la paella, la fideuá, el espencat, el all y pebre,..., es decir los tópicos. Pero en ésta, como en otras Comunidades, el ingenio y el espíritu emprendedor hacen que la evolución culinaria, sin los artificios de la Nouvelle Cuisine, continúe su avance imparable. Aquí he probado yo una exquisita longaniza de sepia, y unas hamburguesas mezcladas con otros ingredientes que les aportan un toque diferenciador muy especial.

Quizás esta idea de versionar las hamburguesas venga de los tradicionales figatells, que son hamburguesas con hígado o páncreas envueltas en una fina telilla de alguna parte de los intestinos, y que están deliciosos.

La cuestión es que he probado hamburguesas con varios ingredientes: espinacas, queso Cheddar, sobrasada, pimiento y roquefort. Y de esta última es de la que vamos a tratar hoy, de la hamburguesa con queso roquefort. La fusión valenciano-francesa. Será la influencia del corredor mediterráneo, o de la iniciativa 5+5 para el Mediterráneo Occidental, o de que somos cojonudos en este país y no hay quien nos gane a la hora de hacer comidas ricas.

Necesitaremos los siguientes ingredientes:

500 gr de carne picada
1 Diente de ajo
1 Paquete de queso Roquefort
Perejil
Aceite
Sal 







Picamos el ajo y el perejil (que nadie lo insulte, que no va por ahí) en los trozos más pequeños que podamos, y lo mezclamos con la carne picada. Añadimos también la sal mientras realizamos la mezcla.

La técnica a utilizar es la del amasado, pero que nadie se emocione demasiado por tocar carne. Tenemos que visualizar constantemente que es carne picada. Respiramos profundamente y repetimos ¡Es carne picada, es carne picada! ¡Ohm! ¡Oohmm! ¡Oooohmmmmm!...¡Eh, qué es carne picada!
   




Cortamos un trozo de Roquefort y lo picamos.

 




Procedemos  a mezclar los trozos de queso con la carne, igual que hicimos con el ajo y el perejil. Recordar: ¡Es carne picada!


 





Cogemos unos trozos de la masa y hacemos las hamburguesas. El tamaño se deja al gusto del consumidor.







Y ya solo nos queda poner aceite a calentar.





Y freír a Monsieur Roquefort.





Et voilà!