Esta es una receta de las que me hicieron recopilar la sabiduría de mi joven madre de 30 años en este blog. Mi hijo, llegada una edad, se hizo la pregunta de cómo podía tener mi madre menos años que yo. ¡Tierna infancia! Todavía creía que la edad de las mujeres seguía la lógica de las matemáticas. Creo que con 16 años ya ha superado esa creencia. Primero cae el mito del Ratón Pérez, los Reyes Magos, Papa "CocaCola" Noel,..., y finalmente la edad de las mujeres. Nunca cumplen más de 30 años. Incluso ahora, a las más modernas, a esas que dicen que no les importa que se sepa su edad, a esas, diles una edad superior en un día a la que tienen. Lo que te sucederá es una lección que mi hijo todavía debe aprender, y sufrir en sus propias carnes.
Sí. Se me ha vuelto a ir la pinza. ¿De qué iba esto? ¡Ah, sí! Mi madre encontró esta receta en un restaurante hace años, y la lleva haciendo desde entonces. Es una receta deliciosa, y sí, lleva berenjenas. Empiezo a creer que tengo algún tipo de psicosis con las berenjenas. En mi vida la psicosis es un estado normal, pero la que me une a las berenjenas es algo difícil de explicar. Creo que si viera una berenjena en una discoteca le tiraría los tejos. ¡Dios, mañana me va a doler mucho la cabeza! Y eso que había prometido no volver a beber más.
La cuestión es que recordé esta receta y me dispuse a hacerla. A mostrarla al mundo. A difundir la buena nueva. A...Vale, ya paro.
En fin, que cuando me puse a realizarla me di cuenta de que no tenía una cazuela de barro ¡Qué eso no importa! En cuanto al sabor estoy de acuerdo, pero el sentido del gusto tiene una parte, y nada pequeña, que se encuentra ubicada en los ojos. Si saboreáis esta receta como yo la describo alucinaréis, pero si además la hacéis en una cazuela de barro alucinaréis antes de probarla. Todos, hombres y mujeres, comemos primero con la vista, y me refiero a todos los ámbitos de la vida. El Séneca del JB me llaman.
Si podéis, hacedla en una fuente de barro para el horno, yo no tengo y la he hecho en una de pirex. So Pirex, just Pirex,..., como la canción de Michael Jackson ¡Vale! Ya no bebo más.
Para hacer esta receta necesitaréis:
1 Berejena
Jamón en taquitos (que no esté salado)
Foie gras
Queso rallado para gratinar
Harina
Besamel (He descubierto una de bote que está exquisita: Santa Teresa. Está suelta y muy rica)
Aceite
Sí. También hay una cerveza entre los ingredientes, pero solo es para engrasar la garganta del cocinero.
Cortamos la berenjena en rodajas, ni muy finas ni muy gordas, les echamos sal, y las dejamos que expulsen el amargor durante unos 20 minutos. Al terminar las secamos con papel de cocina y las reservamos.
Ponemos harina en un plato y pasamos las berenjenas por ella.
Vertemos gran parte de la besamel en un cuenco, y le añadimos una cucharada de foie gras.
Mezclamos bien el foie gras y la besamel con un tenedor.
Freímos las berenjenas enharinadas, y las sacamos a un plato con papel de cocina para que absorban el exceso de aceite.
Pasamos el jamón un segundo por la sartén (con el mismo aceite de las berenjenas), y lo reservamos.
Cogemos una fuente, a ser posible de barro, y sino que valga para el horno. Colocamos una capa de berenjenas, y espolvoreamos un poco del jamón frito.
Esparcimos una capa de la besamel mezclada con el foie gras, y sobre ella comenzamos de nuevo con otra capa de berenjenas y jamón. Podemos hacer todas las capas que queramos, pero a la última no le pondremos la besamel mezclada por encima.
Finalmente extendemos una capa de besamel sin mezclar, y cubrimos con el queso rallado.
Precalentamos el horno en función de gratinado, entre 5 y 10 minutos a 180 grados, e introducimos la fuente.
El resultado lo podéis ver abajo. Una verdadera delicia. Si me dan a elegir entre unas nécoras de la Ría o este plato, elijo este plato, y me chiflan las nécoras. Con esto os digo todo.
En la foto inicial aparece un salero. La sal no se utiliza en esta receta, ya coge la que necesita del jamón. De hecho hay que elegir un buen jamón para que no nos quede salada.
También os recomiendo la besamel de la marca Santa Teresa, es la mejor que he probado, supera con creces a la Knorr. Está más suelta y el sabor es prácticamente casero. Eso sí, aquella hay que conservarla en el frigorífico.
Tengo que plantearme cobrar por la publicidad ¡Nunca aprenderé!
Espero que os guste.
5 comentarios:
Me gusta esta receta de tu madre ¡caray, si es más jovén que yo y todo! porque a mi también me gustan mucho las berenjenas, de hecho una vez hice una dieta a base de berenjenas que fue de las mejores que he hecho.
¿Sabes lo que más me gusta de tus recetas?, pues que son caseras, prácticas y sabrosísimas, además de estar redactadas son mucho salero ¡Ah, no, que no hay que ponerles sal, que llevan jamón!
Bueno, pues otra que me apunto :)
Besitos.
PD: Mi edad, ni mencionarla, jeje!!
Las berenjenas no tienen ni un gramo de grasa. Son buenísimas para las dietas.
Mi madre es catalana, como tú (creo). Así que tú tendrás 30 años como ella, y estarás estupenda.
Un beso Montse
Las berenjenas no tienen ni un gramo de grasa. Son buenísimas para las dietas.
Mi madre es catalana, como tú (creo). Así que tú tendrás 30 años como ella, y estarás estupenda.
Un beso Montse
Qué quieres que te diga, que me quedo con las ganas de hincarle el diente. Y tú dirás: Pues ponte a hacerlas. Y yo responderé: Pues a ver si me pongo. Y tú dirás...
Vale, no más, que cualquiera diría que yo también engraso la garganta más de la cuenta.
Te creo con tu fascinación por las berenjenas porque también me parecen deliciosas y aún creo más ciegamente en la edad de las mujeres.
PD Qué grande el Pirex de Michael Jackson xDD
Para la interpretación del Pirex de Michael me ayudó el ingrediente Estrella de Galicia. No todo lo van a hacer los fogones.
Publicar un comentario