miércoles, 17 de marzo de 2010

HISTORIA DE TERROR

Hace dos noches me acosté con Claudia Schiffer. Sí, como lo oís (o leéis) me acosté con Claudia. Pero, tras una noche compartiendo la misma cama, al despertar casi me muero de un infarto. Allí estaba ella. No cabía duda, era ella. Pero estaba totalmente arrugada.


Podría terminar este post aportando una moraleja del tipo "la belleza es pasajera", o algo así. Pero se acerca más a la situación vivida el siguiente consejo: "no os quedéis dormidos con un póster de vuestra modelo favorita".

2 comentarios:

LastChild dijo...

Hace tiempo (mucho) me pasó algo parecido cuando me quedé dormida entre un montón de apuntes la víspera de un examen. Soñé que me había tocado la lotería y que tiraba los billetes por el aire. Cuando me desperté y vi que lo que tenía entre las manos no eran billetes de mil, imagínate la decepción.

hitlodeo dijo...

Ja, ja, ja. Me imagino la decepción, y el trabajo para ordenar los apuntes después Last.