miércoles, 17 de febrero de 2010

Boiled as a louse


Vas paseando por la calle, digiriendo tu desayuno consistente en un descafeinado y las noticias del periódico (ya sé, un desayuno algo amargo, aunque suelo untar el diario con mermelada de fresa) y te encuentras con la imagen de arriba. Lo primero que piensas es que los titulares del día estaban un poco cargados y se te han subido a la cabeza. Después de frotarte los ojos descubres que no, que la imagen es real, que son gigantes amigo Sancho.
Automaticamente me viene a la cabeza la imagen de alguien tajado que se piensa que ha llegado a casa, y que coloca su bota en el zapatero en un intento de demostrar que no va tan cocida y que controla. ¡De qué sino va a ser tan ordenada!
Además, empiezo a pensar que si llega a ser un zapato de tío lo vería publicado esa misma tarde en el blog de Moli, con una historia sobre las andanzas del ingeniero (santo varón).
Y así es como saco el móvil y me llevo la imagen a casa, ante la mirada entre atónita y temerosa de una pareja de ancianos que paseaban al sol del domingo, a los que me pareció oírles decir: Míralo. Seguro que tiene un blog. ¡A dónde vamos a llegar!
¿Y el título? Es para que aprendáis a manejaros en inglés.

7 comentarios:

LastChild dijo...

Pues a mí me parece una imagen muy artística. En lugar de una escultura de Botero... una bota.

Esto me recuerda a la vez que perdí un zapato subida a la moto de mi novio. Él pensaba que le golpeaba el hombro porque quería que fuese más despacio y continuó rodando durante una media hora más. Siempre me he preguntado a dónde iría a parar mi zapato, quién lo habría visto y qué habría pensado.

Y, aunque no demasiado relacionado con el título de la entrada (pero algo sí), me he acordado de una frase de un músico que me gusta:

I used to jog, but the ice cubes kept falling out of my glass (David Lee Roth).

hitlodeo dijo...

Hola Last:
la comparación con Botero es muy buena.
Quizás ésta sea tu bota que ha recorrido un largo camino después de tener que ganarse la vida sola.

Y Tiene razón David, correr es malísimo para la salud.
Un beso

LastChild dijo...

El pobre ha llegado a la capital, se ha cambiado de género y se ha teñido. Por si fuera poco se ha puesto unos implantes para aumentar un par de tallas. ¡Y dios sabe a qué clase de pies habrá tenido que aguantar!

hitlodeo dijo...

Ja, ja, ja.
Menuda historia Last. Noto que el recordar esa pérdida ha tocado tu fibra sensible :)
Me ha encantado tu juego con la historia de tu zapato extraviado. Cambio de género, implantes,... Tienes mano para el relato.
La vida en la capital es dura. Ha tenido que adaptarse para sobrevivir.
Cuando le pregunté cómo se llamaba y que hacía apoyada en aquella esquina, me contestó que su vida no había sido un camino de parquet. Que desde pequeñita había tenido que valerse por si misma desde que se extravió de su madre y su hermano gemelo. No me quiso dar su nombre, porque no quería que le/la reconocieran, ahora tenía otra vida, pero no la que yo había imaginado. Vivía con un naútico que le trataba muy bien, y era feliz. Aún así, el recuerdo hizo resbalar unas gotas de betún por la caña.
Puedes quedarte tranquila, ha rehecho su vida y es feliz.
PD: Disney nos va tener que pagar derechos de autor. O Almodóvar, que es más su estilo.

LastChild dijo...

:D

Gracias por contármelo. Me he quedado más tranquila.

Sol dijo...

Ojalá las ocurrencias durante un ataque de locura transitoria fueran bien remuneradas...!
Me han hecho reír mucho. Hit con la originalidad de su post y LastChild con la originalidad de sus comentarios.
Téngase en cuenta que locura transitoria=originalidad...

hitlodeo dijo...

Gracias a las dos. A Last por esta maravillosa historia y a Sol por tu visita y tus ánimos.