Hoy se celebra Halloween, Jalogüín en español castizo. Es el día en que niños, y adultos, se disfrazan y van de puerta en puerta pidiendo caramelos, tirando huevos y recibiendo sustos programados por los juerguistas progenitores. Es una fiesta donde disfrutan todos. Bueno algunos lloran, depende del susto. Los niños pequeños son muy asustadizos, y los mayores también, no creáis que no. Tengo un amigo que se desmayó cuando le dijo su novia que estaba embarazada. Unas risas nos echamos. Tres stents le pusieron.
En este día se ven infinidad de calabazas vacías, con forma de cabezas fantasmales. El resto del año se ven infinidad de cabezas vacías de fantasmas a los que les dan calabazas. Cosas de la vida. El caso es que los padres se afanan vaciando las susodichas hortalizas, se pegan un trabajazo de escándalo, porque no es tan fácil vaciar las calabazas, y al final suelen tirar la pulpa extraída. Con lo rica que está.
Pues vamos a darles una alternativa a estos sufridos padres, de la mano de una receta que aún me prepara mi madre cuando estoy malo. Ya que pasan el trabajo que lo disfruten también. Os aseguro que esta crema está de miedo.
Necesitaréis:
1 Calabacín (no muy grande)
½ Kg de pulpa de calabaza
1 Puerro
1 Quesito el caserío (o similar)
Pimienta
Sal
Aceite
Ponemos un poco de agua en una cacerola. No mucha.
Cogemos solo la parte blanca del puerro.
Pelamos y troceamos el calabacín.
Troceamos la pulpa de la calabaza si la hemos comprado entera.
Metemos todos los ingredientes en la cazuela.
Le agregamos sal, poca para poder rectificar, una cucharada de aceite y una vuelta de molinillo de pimienta.
Lo dejamos cocer hasta que la calabaza este blanda. Entre 20 minutos y media hora.
Apagamos el fuego y le añadimos el quesito.
Lo pasamos por la minipimer.
Como truco, si le habéis puesto mucha agua y os queda muy líquido, una vez triturado volver a ponerla en el fuego destapada para que se evapore el exceso de agua y coja consistencia.
Ahora podéis ajustar la sal.
Lo podéis adornar con virutas de jamón y picatostes, o con cebolla frita crujiente, o comérosla tal cual. Está buenísima.
Aquí os dejo la que me salió a mí, que duró segundos.
A disfrutar de un plato de terroríficamente bueno en Jalogüin.