Comenzamos la temporada de recetas de 2014. No, no es que lo hubiera dejado, sino que había otras cosas que contar. Aunque sí que voy a estar unos días de baja en la cocina debido a un accidente doméstico. Y es que mucho hablar del Puenting, Rafting, Parapenting,..., pero el verdadero deporte de riesgo es el Cooking. Y sino que se lo cuenten a mi dedo. Pero dejo esta historia para otro post.
Para esta receta he elegido una comida típica italiana, pero debe ser por la influencia del libro "La noche en que Frankenstein leyó El Quijote", que recordé aquello de: "En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme", pero sí que me acuerdo de lo bien que se comía, hacían un pisto que resucitaba a los muertos. Aquí nada de rocín flaco, más bien: Soy Panza, Sancho Panza. De los Panza de toda la vida.
Pues eso que pensando en la panza se me ocurrió la fusión de culturas. Es algo muy español. Los ingleses se cargaron a los indios (o se suicidaron cuando les invitaron a comer natillas calientes), pero nosotros fusionamos las razas. Somos más de mestizaje, de evolucionar,..., bueno, y algo salidos también. ¡Que le vamos a hacer! Para unos el culto al cuerpo es torturarse en el gimnasio, y para el español significa darle gusto, comiendo, bebiendo,..., jeje.
Y así llegamos a como se gestó esta mezcla de lasagna y pisto. Aunque he de decir que tuvo que reunirse el consejo de sabios para decidir entre esta receta y tallarines con pisto, que tampoco deben estar malos. Finalmente se impuso realizar la primera prueba con la lasagna,
Necesitaréis:
- Queso rallado para gratinar.
- Placas de lasagna. (Esta vez escogí las que solo hay que mojar)
- Bechamel (Podéis hacerla, pero yo elijo la preparada de Knorr, o Santa Teresa, esta última me gusta más)
- Pisto. (La receta la podéis consultar en el link)
- Pechuga de pavo fileteada.
Hacemos la pechuga de pavo a la plancha, la troceamos con una tijera y la añadimos al pisto.
Las placas de lasagna las preparamos siguiendo las indicaciones de la caja, que en el caso de las que he utilizado yo consisten en dejarlas 20 minutos en agua caliente. Una vez hecho esto las secamos y las colocamos en una fuente para el horno. A continuación ponemos el pisto sobre las placas de pasta.
Cubrimos con otra capa de placas de lasagna.
Añadimos la bechamel.
Y el queso rallado.
Precalentamos el horno a 180 grados, unos diez minutos, e introducimos nuestra lasagna. La dejamos unos 20 minutos, y le damos al final 5 minutos más pero en función gratinado. Conviene vigilarla porque los tiempos son aproximados. Dependen de la pasta utilizada, del horno, de la presión atmosférica, y hasta del estado de ánimo de Pocoyó.
Y el resultado es éste.
Para mí está de vicio. Y para mi hijo sospecho que también, porque al llegar a casa por la tarde se había comido más de media bandeja.
Vamos que los italianos serán muy aparentosos en la playa, pero donde esté un buen interior hispánico que se quite to lo demás.
¡Viva Sancho Panza!
2 comentarios:
¡¡Ñammpa Zammpa!! Solo falta acompañarla de un vinito (manchego quijotesco, ya puestos)
Mi pregunta es...
¿Cómo haces para escribir un post con el dedo de E.T.?
No te creas. Lo peor no es escribir el post con el dedo de E.T., lo pero es lo inútil que te sientes para hacer cualquier cosa y la de golpes que te das en el dedo herido.
Por suerte el dedo va mejor. Debe ser porque me estoy comiendo una lagartija al día y se me está regenerando. ;)
Para escribir he sustituido el dedo índice izquierdo por el dedo corazón izquierdo. Por suerte escribo con dos dedos. Si llego a saber mecanografía estaría perdido. XD
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