viernes, 17 de enero de 2014

ESCULTURAS DE VIGO II

Retomando un post de hace unos años, añado en éste otra serie de esculturas de la ciudad de Vigo. Esculturas que se encuentran en la zona del Arenal, entre la Comandancia de Marina, el puerto y la Plaza de Compostela.

Pero comenzaré con una foto más cercana del engendro del Sireno, ya que en mi anterior post lo puse un poco lejano. En la foto de abajo se aprecia más su deformidad. Es como el Jorobado de Notre Dame pero más feo.





También volví a pasar por la escultura caída, pero como en esta zona se suele practicar mucho el Skate, la he rebautizado como Homenaje al piñazo. Afortunadamente parece que no se ha hecho sangre.






La siguiente no es una escultura propiamente dicha, pero si nos fijamos bien es la verdadera metáfora de la Puerta al mar de Vigo.







Y sin embargo, donde me encuentro un nadador es detrás de la Comandancia de Marina. Y la verdad es que tiene un buen estilo. Claro que es difícil que se levante oleaje en este mar de piedra.






La fachada de la Comandancia de Marina me gusta mucho. Es bonita, y es lo que veía con 18 años cuando salía por los pubs y discos que abundaban justo en la acera de enfrente.






Caminando hacia la Plaza de Compostela me encuentro con verdaderas personas de piedra. La primera es un pescador con un Rape en una mano, y puede que una merluza en la otra.





Luego un herrero. Aunque el martillo tiene pinta de otra cosa. O quizás sea mi mente enferma.





Esta es preciosa. La madre, la matriarca, con sus vástagos. Curiosamente tiene la parejita. Con esto igual se pasó de cursi el autor, o quizás quiso la igualdad de género. De todas formas me gusta mucho. No sé, me parece como si fueran a cruzar la calle de un momento a otro.






Y la del Contralmirante Casto Méndez Núñez, que me encanta pero más por un complemento que por la estatua en si.








El complemento es la placa del frontal donde figura su inmortal sentencia: Más vale honra sin buques, que buques sin honra. Si más gente aplicara esta máxima tendríamos otro Mundo. Por desgracia el que tenemos tiene una flota inmensa.





De vuelta a casa pasamos por los regalos navideños decorativos de la Calle de Príncipe.







Por si no os habíais dado cuenta, el núcleo central de Vigo es una montaña, con lo que dar un paseo se convierte en una aventura alpinista que te deja los gemelos como piedras. Mirad la pendiente de la calle.






Curiosa ciudad, y muy atractiva.
Espero que os haya gustado este segundo paseo.





2 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Pues sí, me ha gustado el paseo. Y mucho. Aunque desde aquí no ejercita uno los gemelos na de na.

Recuerdo todavía el post de esculturas anterior, hace... ufff, muchos canelones y hamburgesas, tortillas y diverchichas, jajaja

Esta vez me quedo con el nadador y de nuevo el homenaje al piñazo, aunque el de la madre con los hijos es atractivo, ella parece una mummy americana de los años 50.

Saludos

hitlodeo dijo...

La del nadador es muy buena. Muy imaginativa.

Espero que dentro de unos años coloquen una en honor a mis diverchichas. ¡Qué menos!:P