domingo, 3 de febrero de 2013

SECTA SECRETA

Puede parecer mentira, pero en mis ratos libres salgo a pasear en busca de aventuras con mi gorro de ala ancha y mi látigo. No, no soy el Christian Grey ese de las sombras chinescas. Me refiero a que salgo a buscar aventuras al más puro estilo Indiana Jones.

El estudio de las civilizaciones antiguas y de la antropología me apasiona. Tengo pendiente de publicar un post sobre "El Inútil medrador y su evolución a través de los tiempos", pero todavía estoy estudiando a estos individuos en su hábitat natural.

El tema que hoy nos ocupa versa sobre unas manifestaciones arquitectónicas que se dan en la zona de Valencia, son bastante abundantes y se encuentran en buen estado de conservación: Las chimeneas gigantes. Aún desconozco a que período se remontan, pero no descarto el Cretácico.

Después de duras e intensivas investigaciones he llegado a la conclusión de que son ofertorios a los dioses de la antigua secta conocida como los Barbequiu. Esta secta se ha extendido hasta nuestros días y son más poderosos que cualquier masonería. Es más, están por encima de todos ellos. Sus sacrificios se realizan con la carne de vacas o cerdos. Pueden desmembrarlos: costillas, patas, manos,... O incluso triturarlos y conglomerar su carne en trozos compactos como si fueran muebles de melamina ¿Y para qué? para ofrecerlos a sus dioses: Colester y Triglicer.

Sé que nadie va a creerme, pero lo que cuento es cierto. Lo vi claro desde el momento en que empecé a preguntar lo que eran esas extrañas construcciones y nadie sabía qué contestar, como si las acabaran de ver. Más tarde vi la luz, y atando cabos logré entender el significado. Pero este conocimiento entraña riesgos, y no pude aguantar la presión. Ahora soy uno de ellos ¿Cómo sucedió? ¡Nitchs! Me captó el Gran Maestre de la orden, Homer J. Simpson. Sí. Empecé con una de esas hamburguesas de buey. ¡Dios, que sabrosa estaba! Todavía hoy no he podido olvidar su dulce y embelesador beso. Lo siguiente fue una ruta por el vicio y las bacanales de las barbacoas: costillas de cerdo, de vaca, chimichurri, salsa barbacoa, mollejas, torreznos, cerveza... ¡Arrrrrrggggllllll! ¡Qué cosas más ricas!

No tengo salvación posible, pero no os preocupéis por mi, porque no quiero ser salvado. Me he lanzado al vacío y me he entregado a Colester y Triglicer en cuerpo y grasa. He compartido rosquillas con el resto de hermanos, y éste es un vínculo más fuerte que la mordedura de un vámpiro. Me he transformado.

Si os parece que estoy loco, sólo os diré que me han prometido una muerte dolorosa, cirrótico, y con el hígado más graso que el de un pato de los de hacer foie. ¡Yuju!








Si alguien tiene alguna explicación sobre lo que son estas extrañas chimeneas que pueblan Valencia hasta Alicante que lo diga. En caso contrario os espero en la próxima barbacoa. ¡Barbacoa! ¡Mosquis!




2 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Te veo dando palos de ciego en el asunto de las Grandes Chimeneas. Qué suerte tienes de conocer a alguien que te va a regalar la verdadera explicación de todas ellas, porque te has acercado bastante, pero te faltan ciertos matices.

En las combustiones caloríficas del infierno se forman grandes bolsas de gas caliente que llega un momento en que es absolutamente necesario que sean expulsadas al exterior. Para ello la Naturaleza creó los volcanes, demasiado escandalosos por cierto. Por eso, para aliviar las "flatulencias" de mi zona se me ocurrió esta especie de aliviaderos que desde los subsuelos apuntan al cielo.

Lo que sí es cierto, es que estas fumarolas tienen una arquitectura interna que favorece la celebración de fiestas barbacoyanas, y que los habitantes del subsuelo nos reunimos para hacer esas ofrendas a Colester y Triglicer ( me dicen que están asustados de que los conozcas, aunque para ti son dioses cuando en realidad son demonios)

En el hecho de que te sientas uno de nosotros reconozco tener mucha culpa, pues te recomendé. Qué quieres, los cabritos de nuestra generación somos carne de cañón para estas bacanales de carne a la brasa goteando sabrosa grasa entre tragos de cerveza. Ahora estás captado para nuestra causa.

Por último (no debería revelar tantos secretos) te diré que no son exclusividad de la zona valenciana pues a escasos metros de mi casa... bueno te envío al correo la prueba evidente de que todo lo que te he contado es verdad.

Un abrazo, Indiana

hitlodeo dijo...

Sabía que algo tendría que ver el Diablo en esto. Y te agradezco que me recomendaras, o que me nominaras como se dice ahora. Soy un adepto cien por cien.
Tragos de cerveza, grasa goteando, ¡Aaarrrrggglll!