Día del padre. La garganta atravesada por cuchillos y cauterizada con lija. La frente y los senos nasales hasta arriba de mocos. El cuerpo como si me hubieran apaleado. Y una voz:
- Buenos día papi ¿Quieres desayunar?
Mis hijos con dos bandejas llenas de dulces, magdalenas,... esperan al lado de la cama. Me incorporo y mi mujer me coloca un respaldo de esos que se acoplan como si fueran un sillón.
Me dicen felicidades, y desayunamos todos en la cama. Incluso Chispita, que busca cualquier miga que se caiga para comérsela, o cualquier galleta que se despiste para robarla.
Todo maravilloso, salvo que no puedo con mi alma y no soy capaz de llevármelos a comer a algún sitio que les guste.
La semana que viene les he prometido sacarlos a comer a donde ellos quieran.
La semana que viene invitaremos a comer a los polluelos. Me viene a la mente un vídeo que grabe hace algún tiempo.
Parte del día del padre se pospone al fin de semana siguiente.
4 comentarios:
Ánimo superpapá!!
Un abrazo,
JJ
Un abrazo JJ.
Y cuídate, que si te agarras un resfriado como el mio no sales a hacer vela en una semana o dos.
Y yo creyendo que eran mocos de tanto llorar por la emoción... y resulta que era un resfriado XXL.
No te lo sabes montar, Hit, uno no se pone enfermo el dia del padre, hombre
Recuperé el día del padre este sábado pasado, y me llevé a comer a la familia. A mi me va a fastidiar un resfriado una celebración. ¡Amos, hombre!
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