Llevamos semanas leyendo en los periódicos la noticia de la causa abierta por el juez Baltasar Garzón contra el régimen franquista, en base a la cual se propone exhumar los restos del poeta Federico Garcia Lorca. Pero, al encontrarse con la oposición de los descendientes, leemos hoy que el mencionado juez autoriza el "inicio de la exhumación de los restos humanos de Dióscoro Galindo y Francisco Galadí Melgar", maestro y banderillero respectivamente, que casualmente se cree están enterrados en la misma fosa que el poeta. Seguramente habrá más fosas repartidas por España, pero había que elegir una por la que empezar y dicha elección puede haber respondido al criterio de Sur a Norte o a la magia de los dados, no importa. Lo que me empieza a escamar es la afirmación del grupo de expertos formado para asesorar en las tareas, que dicen: "creemos que podemos estar abriendo la fosa de Lorca entre el 15 y el 18 de noviembre".
A parte de el ansia de notoriedad de la mayor parte de las personas implicadas en este evento, lo que no puedo entender es el para qué. Vale, van a encontrar los huesos, van a tener su día de fama, seguramente van a ganar mucho dinero, pero todo eso es efímero, esa fama no superará el mes de vida y tendrá el valor de la del concursante de Gran Hermano, es decir, les servirá para ganar dinero en conferencias y apariciones televisivas varias. Por contra, faltarán a la voluntad de sus descendientes, reabrirán viejas heridas y polémicas ya olvidadas y crearán nuevos/viejos bandos para una juventud que ni los conocía ni los necesitaba.
Si realmente quieren encontrar los restos de Lorca deben buscar en los libros.
"Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.
Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.
Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre,
siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte."
(Gacela del amor imprevisto - Federico García Lorca)
Las citas literales han sido extraídas del diario El País
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