La paella valenciana auténtica solo llevaba productos de la huerta, conejo y pollo, ya que no solía haber ganadería bovina en la zona. Lo de añadirle salchichas frankfurt y otras variedades es cosa de estos tiempos modernos y de prisas. No obstante, admite alguna variante según las zonas, como caracoles o albóndigas.
Otro dato, aunque más conocido, es que el recipiente no se llama paellera, sino paella
Curiosamente, a la gente le encanta probar comidas de otros países, y luego lo cuentan con orgullo:
- He estado en México y he probado los saltamontes fritos. ¡Están buenísimos!
Pero la mayoría desconocemos el 80% de la gastronomía tradicional española. Por ejemplo, mi cuñado ha hecho un viaje por Extremadura, y se ha zampado un plato con muy buena pinta que se llama Zorongollo, que no tiene nada que ver con el Zarangollo que es de Murcia. Y en mi último paseo por la Sierra del Segura descubrí el Ajopringue. Todas comidas clásicas, bastante contundentes algunas, que son producto de la fauna y flora de cada localidad, así como de sus climas y formas de vida.
Por esto, desde que eran pequeños he intentado que mis hijos no comieran siempre en burguers y pizzerías, que han comido mucho de eso, no lo niego. Una de cada diez veces los llevaba a comer a restaurantes de comida española: entrecots, chorizos, torreznos, judiones de la granja, mollejas, esparragos, berenjenas (¡lo mejor para ellos!), parrilladas de verduras, gambas, nécoras, bígaros, percebes, sargos, arroces variados, tortillitas de camarones, rabo de toro, escalivada, espencat, pericana,... De mayores quizás recuerden que han probado estos platos o no, que les gustaban o no, pero el concepto del sabor de la cocina española lo llevarán dentro para siempre, y en algunos casos lo echarán de menos.
Por todo lo dicho anteriormente, y en estas fechas tan señaladas, en las que nos ponemos hasta arriba comiendo, os pido que gritéis conmigo:
¡NO PIENSO PROMETER QUE VOY A ADELGAZAR EN 2018! ¡BASTA DE ESTEREOTIPOS DE PELÍCULA YANKEE! ¡VIVA LA BARRIGA ESPAÑOLA, MEDITERRÁNEA, ATLÁNTICA, CANTÁBRICA O DE INTERIOR! ¡VIVAN LOS PANTALONES CON ELASTANO!
Se me ha vuelto a ir la pinza. ¡Claro! Tanto hablar de comida me ha dado un bajón de azúcar, un subidón de adrenalina de pensar en hacer régimen en enero y me ha salido el gordo que llevo fuera, porque no cabe dentro. Llamadme rebelde, pero yo voy a comerme unos callos con chorizo mientras leéis la receta de la paella que os dejo a continuación.
Necesitaréis:
Arroz (He usado la variedad bomba)
Conejo
Pollo
Tomates maduros (He usado la variedad tomate pera)
Judías verdes planas
2 Dientes de ajo
Garrofons
Azafrán
Pimentón
Romero (Aunque yo he utilizado Pebrella, que es una especia típica de Valencia)
Aceite
Sal
Picamos los dientes de ajo.
Despuntamos las judías, las lavamos y las cortamos. Además, separamos un puñado de garrofons.
Rallamos los tomates.
Lavamos y preparamos unos trozos de conejo y de pollo.
Como consejo, el hígado del conejo queda muy bien en la paella. Al menos, a mí me gusta.
Ponemos un poco de aceite en la paella, y lo calentamos. Si fuera una paella para hacer en fuego y sobre un trípode, sería algo cóncava y el aceite se concentraría en el centro, que es el lugar de trabajo, pero en la vitrocerámica no existe esa posibilidad.
Colocamos la carne y cuando esté dorada la separamos hacia los bordes, para poder cocinar en el centro los garrofons y las judías verdes hasta que queden tiernas.
A continuación apartamos las verduras, dejando el centro libre para echar el tomate triturado, y lo sofreímos.
Igualmente, calentamos, bien caliente, un recipiente grande con agua en el microondas, para usarlo más tarde.
Cuando esté listo removemos todo y añadimos el pimentón ¡Ojo!, remover rápido el pimentón para que no se queme, ya que le daría un gusto amargo, y se quema más rápido que una chaqueta de cuero del mercadillo.
Enseguida agregamos el agua caliente hasta los remaches de la paella, incorporamos el tomillo, la pebrella en mi caso, y la sal.
Sacamos un poco de caldo a un mortero, le añadimos unas hebras de azafrán, lo calentamos un poco en el microondas, lo machacamos con la mano del mortero, lo incorporamos a la paella y lo mezclamos.
Dejamos cocer a fuego vivo durante unos 20 minutos.
Pasado el tiempo anterior, abrimos un hueco en el centro de la paella, y vertemos el arroz en línea hasta que sobresalga por encima del agua.
Dejamos cocinar 7 minutos a fuego vivo, otros 7 a fuego medio y 5 a fuego muy bajo.
Si vemos que nos falta agua, podemos rellenar con más, pero siempre caliente para que no pare la cocción.
Finalmente, dejamos reposar unos minutos y está listo para comer.
Para ser mi primera paella valenciana no me quedó nada mal.