La historia de hoy comienza durante una comida en un restaurante chino. Todo discurría con normalidad. Chop suey de gambas, Berenjenas salteadas picantes, Cerdo agridulce, Lollitos... quiero decir, Rollitos de primavera y Hormigas que suben al árbol. Al terminar tomamos un café acompañado de licor de lagarto y las típicas galletitas de la fortuna. Todas decían tópicos normales de salud, felicidad y suerte en los negocios, todas excepto la que me tocó a mí, que decía: Hola Hit, soy Claudia Schiffer y estoy deseando conocerte.
Como podréis suponer, inmediatamente una pregunta invadió mi cerebro (dos neuronas, lo de cerebro es un decir): ¿Solo querrá conocerme o conocerme bíblicamente hablando? La pregunta se repetía continuamente hasta que solté: ¡Calla ya cotilla! Todos se me quedaron mirando con cara de asombro. Rápidamente contesté: Es a la galleta. Me ha dicho que descubriré la felicidad en un viaje misterioso. Todos rieron la payasada, pero mis neuronas mantenían una dura lucha que resolví pidiendo otro café, otro licor y otra galleta. Está ponía: Mi teléfono es XX-XXXXXXXXX. Claudia.
Llegados a este punto solo podía hacer una cosa, utilizar el método médico: pedir una tercera opinión. Otro café, licor y galleta. En esta se leía claramente: Que sí tontín, que es verdad.
Qué os puedo decir. Estuve toda la tarde en una nube, como si flotara, fue maravilloso. Eso sí, al día siguiente descubrí que la cerveza, el vino y el licor de lagarto tienen muy mal despertar.
Tras mi resaca, o quizás debido a ella, me vino a la cabeza (que dolor) la idea de comer albóndigas, pero no unas albóndigas normales, albóndigas de la fortuna. ¿Qué cómo se hacen? Así.
Necesitaréis:
Carne picada mixta
Perejil
Dientes de ajo
Miga de pan
Leche
Cebolla
Tomate (entero o triturado)
Huevo
Harina
Queso Havarti
Chorizo
Bacalao desalado
Foie gras
Pebrella (o Tomillo)
Vino blanco
Aceite
Sal
Cortamos el chorizo en rodajas, el queso y el bacalao en trozos, hacemos bolitas con ellos y sacamos unas pocas de foie gras con una cucharilla.
Preparamos las albóndigas como indicamos en la receta ALBÓNDIGAS LOREN, pero al hacer las pelotas (no, nada de decirle al jefe lo joven que se conserva, me refiero a darle forma a las albóndigas) introducimos las bolitas de chorizo, queso, foie gras o bacalao, una en cada, y las ocultamos dentro.
Ponemos aceite en una cacerola, sellamos las albóndigas pasándolas un poco por el aceite caliente y las reservamos. Añadimos la cebolla picada a la cacerola para pocharla.
Añadimos el tomate.
Le agregamos sal y un par de cucharadas de azúcar para contrarrestar la acidez. Siempre conviene probarlo para que quede al gusto de cada uno. Luego lo dejamos cocinarse unos minutos removiendo a menudo.
Añadimos un vasito de vino blanco y removemos unos minutos.
A continuación introducimos las albóndigas reservadas. Yo he marcado cada una, según su relleno, con palillos. Normales, cortados, con la punta por fuera y con palillos más grandes. Pero si queréis que sean realmente de la fortuna, podéis dejarlas sin marcar y que sean los dioses los que emparejen las gargantas con ellas.
Añadimos agua hasta que justo las cubra, le agregamos la pebrella (o el tomillo) y dejamos que se vayan cocinando y reduciendo la salsa.
Finalmente obtendremos un plato de albóndigas de la fortuna con tomate como el de abajo.
También os muestro una de las albóndigas abierta por la mitad. Ésta es de chorizo.
Gustaron mucho las de chorizo y las de foie gras, aunque en las últimas hay que poner una buena cantidad de foie para que cojan sabor. Y a mí personalmente, me encantaron las de bacalao. Una mezcla muy rica entre carne y pescado. Las de queso quedan muy esponjosas y con un sabor suave.
Ahora que he preparado éstas me ha venido a la cabeza la idea de rellenar algunas con jalapeños. Si no las marcamos para poder distinguirlas habremos creado la Albóndiga Rusa, al más puro estilo Ruleta Rusa.
Que las disfrutéis.