viernes, 6 de junio de 2014

TIGRES

Esta es la primera receta que publico en el blog desde que me he trasladado al nuevo trabajo. Ha sido una semana complicada. Aterrizaje en una pista nueva, traslado de material, configuración de ordenador, ir aprendiendo nuevos procedimientos (son los mismos, pero hechos de otra manera), adecuar la zona de trabajo, y lo que ha resultado más sencillo: conocer y tener una buena primera impresión de mis nuevos compañeros. Esto último se explica porque ya conocía a casi todos.

Aún así cualquier cambio es complicado, pero cuando desembarqué en el nuevo puerto mis dudas y temores se disiparon porque al volver la cabeza hacia atrás, vi mi Prao y la que había sido mi tripulación hasta el momento animándome. Entonces me dije: el Tigre de Malasia no puede tener miedo de nada, y menos con ese apoyo en su barco.

Así que entre este nuevo personaje para mi esquizofrenia, y la afición de mi hija por esta manera de comer mejillones, surgió la receta de los Tigres que hoy os cuento.

Necesitaréis:

0,5 Kg de Mejillones 
Pan Rallado
1 huevo
1 Cebolla
1 bote de 0,5 litros de Besamel Santa Teresa (si os gusta más otra, pues la que os guste)
Una tarrina de jamón en taquitos muy pequeños
Aceite
Sal









Lavamos los mejillones, les arrancamos las barbas, y los ponemos a cocer en una cazuela..








Una vez abiertos y cocidos, los sacaremos de la cazuela y extraeremos el  bicho de la concha.






Limpiaremos las conchas por dentro y por fuera rascándolas con un cuchillo. No todas, solo unas cuantas.











Picaremos el bicho de los mejillones que habíamos separado.






Picamos la cebolla.






Ponemos aceite a calentar en un cazo.







Pochamos la cebolla.






Añadimos el jamón y lo rehogamos un poco.







A continuación añadimos los mejillones troceados.






Y seguidamente la besamel.






Calentamos el conjunto un poco.







Y continuamos rellenando las conchas de mejillón con la mezcla. Como podéis ver conté con la ayuda especial de mi hija. Supongo que quería que estuvieran hechos cuanto antes.











Una vez rellenas todas las conchas, batimos el huevo, las pasamos por él y las rebozamos en el pan rallado.







A continuación las freímos por tandas.







Las ponemos sobre papel de cocina para que suelten el aceite sobrante.







Y finalmente las colocamos en una fuente para que se conviertan en un placer en las papilas gustativas de mi princesa, o en las vuestras.





Sandokán me ha dicho que os salude de su parte, y  que estáis invitados a Mompracem cuando queráis.

Espero que os gusten.








8 comentarios:

Montse dijo...

¡Tienen que estar super buenos!
Esta receta también me la apunto, es genial y me encantan los mejillones ¿los haces al vapor o cocidos con agua?, yo los prefiero abrir al vapor así no pierden ese gustillo a mar.
Un beso para tí y otro para Sandokán, jeje.

hitlodeo dijo...

Los mejillones los hago al vapor. No les pongo nada de agua, ya sueltan ellos solos bastante.

Sandokán se ha ruborizado. Al final en lugar de tigre va a ser gatito.

Besos

Anónimo dijo...

Hitclint, qué buenísima pinta.... Y sin berenjenas!!!! Un beso,

hitlodeo dijo...

Gracias María José.
Igual los vuelvo a hacer con un poco de berenjena. No tienen que estar nada malos.

Besos

hitlodeo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JuanRa Diablo dijo...

Y yo que creía que solo se les llamaba Tigres por mi zona.
A mi me encantan, la verdad, y lo que me gustaría saber (a ver si haces labores detectivescas) es por qué tendrá ese nombre.

hitlodeo dijo...

He cogido la lupa y el gorro de inspector, y he encontrado versiones contrapuestas. En unas dicen que se llaman tigres porque en sus inicios eran picantes, le ponían una guindilla a la besamel, en otras rizan el rizo y dicen que los adornaban con unas rayas de salsa picante (color negro). Esta última explicación mola porque le han echado más imaginación. Y en una tercera dicen que se llaman tigres pero no por el picante, pero no lo explican.

Aparte de que me guste la explicación de las rayas, pienso que puede ser por el colorido marrón del pan rallado, que además le da una textura de pelaje felino. Luego hay variantes según piquen o no. El Tigre Rabioso o el Tigre a secas.

En mi pueblo hay un bar que los sirve con el nombre de "As de Bastos", y tampoco le va mal el nombre.

hitlodeo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.