Ayer abdicó el Rey del Mundo del fútbol, la selección española. Finalizó el reinado del equipo creado por Luis Aragonés. También abdicó el Rey de España, Juan Carlos I, para dar el relevo a Felipe VI. Y a la vista de la gente que ha acompañado a los nuevos reyes esta mañana en su paseo desde el Congreso hasta el Palacio Real podemos extraer dos conclusiones: un puente no es un buen momento para que la gente asista a este tipo de eventos, suelen preferir la playa, o no hay mucha gente a favor de la Corona. El tiempo lo dirá.
Entre tantas noticias de reyes recordé a otro rey, el rey del pollo frito, Mr. Ramoncín. Este hace años que abdicó de su corona para convertirse en adalid de la cultura. Su metamorfosis se produjo en la Caja Tonta presentando el programa "Lingo Lingo", y luego evolucionó, como los Pokemon, hasta llegar a la SGAE. La verdad es que no sé por qué se hizo famoso por esa mierda de canción, contando en su discografía con temas como "Ella es perversa", "Soy un chaval", "Hormigón, mujeres y alcohol", "La cita", "En el espejo", "Chuli", o el genial "Putney bridge".
He estado escuchando algunos temas de Ramoncín, que por cierto podría ser la imagen del Kentucky Fried Chicken, y por mucho que me gusten algunos, no pienso comerme una paraguaya, me he decantado por un pollo sobre sus entrañas. Quizás sea por la influencia de la escatológica canción que le proclamó rey.
Necesitaréis:
4 Cuartos traseros de pollo
Hígados y corazones de pollo
Medio calabacín
1 Pimiento
1 Cebolla
1 Diente de ajo
Tomillo
Vino blanco
Aceite
Sal
Ponemos el aceite a calentar en una olla.
Doramos el pollo y lo reservamos, salándolo un poco.
Picamos la cebolla.
Cortamos y picamos el calabacín.
Picamos el diente de ajo.
Limpiamos y cortamos los hígados y corazones. Yo los he lavado uno a uno, pero he visto un programa de cocina donde les dan un hervor para blanquearlos, y les limpian la sangre así.
Al mismo aceite en el que hemos frito los cuartos traseros le añadimos el ajo picado.
A continuación agregamos la cebolla y el calabacín.
Cuando estén algo pochados añadimos las vísceras.
Cuando se hayan hecho un poco le agregamos un vaso pequeño de vino blanco, y dejamos que se reduzca el alcohol durante 3 minutos.
Añadimos el pollo que habíamos reservado.
Le agregamos agua hasta que justo cubra el pollo, añadimos una pizca de tomillo y salamos un poco.
Lo dejamos cocinar unos 25 o 30 minutos y extraemos todo excepto el jugo. Si nos ha quedado mucho podemos dejarlo en el fuego hasta que se reduzca.
Finalmente colocamos todo en una fuente, y lo tenemos listo para comer.
Se puede acompañar con arroz blanco, con patatas o con verduras. El arroz blanco es una opción muy buena, ya que absorbe el sabor de la salsa.
Espero que os guste. El hígado y el corazón le dan un toque especial al sabor de esta receta.
2 comentarios:
Me gusta ese "entrante" que has puesto antes del plato fuerte, pasando de Felipe VI al Rey del pollo frito y de aquí a otro pollo cocinado en sus entrañas.
Nada como la literatura que se come :D
Ya sabes que a mí cuando me da el ataque esquizofrénico no hay quien me pare. Enlazo un tema tras otro hasta el absurdo y más allá.
:P
Publicar un comentario