Llega el verano y vas por la calle, por las piscinas, por la playa,..., y no sé porqué pero te viene a la cabeza lo ricas que están las patorras, y que te comerías un par de ellas que acabas de ver. Me refiero a las patorras de pavo, no las de las pavas, y las acabo de ver en la carnicería. Lo aclaro porque sé que hay mucho mal pensado. Esperad un momento que voy a darme una ducha fría. ¡Es por el calor!
Ya he vuelto. Tenía que refrescarme, el verano, el calor, el horno,... ¡Esto es un infierno! No sé como puede aguantarlos JuanRa. Seguro que tiene algún tipo de privilegio como caldera con aire acondicionado, o un súcubo con un pai-pai, aunque en este caso también le iba a hacer falta la ducha fría.
La primavera la sangre altera, y el verano, y el otoño, y cuando no. ¡Perdón! Vuelvo en un momento.
Ya está. Otra duchita y unos hielos por el cogote, y como nuevo.
Voy a centrarme. Se trata de hacer unas patorras al horno, que están deliciosas. ¡Patorrrraaaaaasssss! ¡Aaaaarrrrrrggggggglllllllllll! ¡Homer gustar!
Esta receta tiene como artista invitada a la fuente que me regalaron mis compañer@s de trabajo. Una maravilla de fuente, y una maravilla de compañer@s.
Necesitaréis:
2 Patorras de pavo
3 Patatas
1 Cebolla mediana
6 o 7 Dientes de ajo
Un vaso de los de agua de vino blanco
Un vaso de caldo de pollo
Aceite
Pimienta
Sal
Accesorios:
Una maravillosa fuente para el horno.
Una brocha de silicona.
Untamos la base de la fuente con aceite.
Ponemos las patorras en la fuente y las untamos de aceite con la brocha.
Pinchamos los dientes de ajo y los colocamos, sin pelarlos, pegados a las patorras.
Cortamos la cebolla en rodajas finas.
Pelamos y cortamos las patatas en rodajas algo gruesas (1 cm).
Freímos la cebolla unos 2 o 3 minutos a fuego flojo.
Añadimos las patatas y las cocinamos un poco, sin que lleguen a freírse del todo.
Sacamos la cebolla antes que las patatas para que no se nos haga demasiado. También podemos optar por hacerla sola un poco más de tiempo, sacarla, y luego cocinar las patatas en ese mismo aceite.
Sacamos las patatas antes de que estén hechas del todo, y salamos el conjunto de las patatas y la cebolla.
Ponemos el horno a calentar, unos 10 minutos a 180º sin el ventilador. Mientras se calienta añadimos el vaso de vino y el de caldo a las patorras.
Bajamos el horno a 160º y metemos la fuente. Debemos dejarla unos 20 minutos, dándole vuelta a las patas cada 10 minutos. Tendremos cuidado de que no se quede sin caldo, y cuando le demos la vuelta lo regaremos por encima con su propia salsa.
A los 20 minutos volveremos a darle la vuelta, regaremos por encima con su salsa, y añadiremos las patatas y la cebolla. Volveremos a introducir en el horno otros 20 minutos, dándole la vuelta cada 10.
Finalmente obtendremos un exquisito plato, muy jugoso, y con muy poco aceite.
Le daremos el toque final con un poco de perejil.
Un plato delicioso, jugoso, sano, hasta los ajos pueden comerse, y en una maravillosa fuente que le da el sabor especial de la amistad.
Me estoy poniendo muy blando, solo falta que salga Tarta de Fresa.
¡Hala!, a probarlo que está para chuparse los dedos. Literalmente.