¿Que qué me ha pasao en la boca? Pues ná, que me he puesto profesional. Que ya está bien de ir por ahí con nombre vulgares y corrientes. Que hay que ponerse a la altura de los grandes cocineros.
¿Qué pasa? ¡Ah!, que no entendéis de que va el plato. ¡Vale! Como aquí de lo que tratamos es de que se entienda, no como en los gastro-restaurantes, que te ponen un nombre que él solo ocupa la primera hoja de la carta, y al final te sirven un plato gigantesco con un guisante en el centro sobre una hoja de espinaca, y al que le han puesto el aceite con un bote como los de la colonia. Éste podría tener un nombre como: ensalada de productos de la huerta del bajo Segura sobre un lecho de Popeye regado con aceite de oliva arbequina del Empordà.
Bueno, hablando en cristiano, vamos a hacer unas salchichas de pueblo con puré de patatas y tomate frito.
Necesitaréis:
Salchichas frescas
Puré de patatas en polvo
Leche
Tomate frito
Queso para gratinar
Aceite
Sal
Cogemos un recipiente de pirex (o cualquiera que valga para el horno), y echamos el tomate frito para hacer la base.
Ponemos una sartén con aceite en el fuego. ¿Que porqué? Porque sino vais a tener que freír las salchichas a base de frotarlas fuerte con las manos ¡Tenéis cada cosa!
Freímos las salchichas.
Las colocamos encima del tomate frito.
En un recipiente grande y con asa (el que no me haga caso y lo elija sin asa se arrepentirá) ponemos agua y un poco de leche. Lo metemos en el microondas y lo calentamos de 2 a 3 minutos.
Ponemos un poco de puré de patatas en polvo en un plato.
A continuación añadimos un poco de el agua con leche al puré en polvo, y vamos removiendo. Ahora es cuando los que no me hicieron caso y cogieron el recipiente sin asa están chillando, con los dedos quemados, y soltando unos tacos que los condenarán al infierno para toda la eternidad.
Vamos removiendo y añadiendo líquido hasta que nos quede el puré con la textura que más nos guste. Para este plato yo prefiero que esté un pelín suelto. Al final le añadimos la sal al gusto.
Extendemos el puré por encima de las salchichas. Por esto es por lo que prefiero que quede un poco suelto. Se extiende mejor.
Añadimos el queso rallado para gratinar.
Y metemos todo en el horno, que previamente habremos precalentado 10 minutos a 180 grados.
Una vez gratinado lo sacamos del horno.
Y como le hemos puesto ese nombre tan rimbombante, le añadimos un toque de perejil para darle un aspecto de alta cocina.
Aquí lo tenéis. Sencillo, aparentoso y muy rico.
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