Después de abandonar a su suerte el blog, retomo mi afición aprovechando un rato de tiempo libre. En estos meses me encuentro bastante atareado, con trabajo, con atenciones de niños, con estudios, con el culto al cuerpo - que en mi caso es rezar a San Jacobo Mártir para no engordar más -,..., en fin, con esas pequeñas cosas que llenan tu día a día, y que hacen que te vayas durmiendo por los rincones.
Una vez hallada una ventana de tiempo, me dispongo a realizar un ataque rápido a la web con un post que es continuación de los últimos que he escrito, nuestro viaje al París de la Francia.
Esta vez toca hablar de la visita a Disneyland París. Mi hijo ha ido con 14 años, y la peque con 10. El niño ha disfrutado con las montañas rusas y con las atracciones, y la princesa con lo mismo y con los personajes y el resto de atracciones. La edad de 10 años ha resultado ser la ideal, ya que lo recordará de por vida. Sus compañeras que fueron más pequeñas casi no recuerdan nada. Y eso que pensé en un principio que ya era demasiado mayor.
Disneyland no tiene nada diferente a Port Aventura, es más, las montañas rusas son menos espectaculares en Disney. Pero los personajes, lo cuidado que tienen todo, el marketing de todas sus películas que se refleja en todo el parque, el maravilloso desfile, los fuegos artificiales con espectáculo en el representativo castillo, lo convierten en un lugar de ensueño. Hay que reconocerlo, saben hacer disfrutar a un niño, aunque este tenga 40 años.
Para que podáis apreciar algo de lo que os cuento voy a subiros un trozo del vídeo que grabé del espectáculo final. Disfrutadlo.
Y mi personaje Disney favorito. El Rey Louie