Este es un post de contenido más serio de lo habitual en mi página, pero en medio año se ha repetido en tres ocasiones la misma frase, y la coincidencia es, cuando menos, preocupante.
No pretendo engañarme a mi mismo, soy un soñador y creo que hay que tender a alcanzar la Utopía o nunca avanzarás. De hecho éste es el Blog de Rafael Hitlodeo.
Pero, que me hayan repetido tres veces la frase: "si hablamos de utopías, de acuerdo, pero en la vida real eso no es posible". Las tres veces, aunque no con las mismas palabras (utopía sí era una constante), decían lo mismo.
La primera fue en mi defensa, en octubre del año pasado, de un Trabajo de Investigación sobre el desarrollo de una aplicación informática de Gestión Económica Única, que aglutinara las múltiples aplicaciones de un Ministerio, y que diera visibilidad a la Dirección Económica. Utópico y Gran Hermano fueron las palabras que escuché de uno de los miembros del Tribunal del DEA (Diploma de Estudios Avanzados). Aún así aprobé.
La segunda vez en una pregunta a un conferenciante en un máster hace veinte días. Dicho conferenciante, a la vejez, había pasado de desarrollar su labor en la sección de producción del Subsector del Ministerio al que pertenece a la sección de logística. Un cambio algo radical, pero que le proporcionó el ascenso a puestos directivos. Pues bien, expuso que estaban desarrollando en su Subsector una aplicación informática ERP (Enterprise Resource Planning) que les había permitido unos ahorros y unas efectividades asombrosas. A mi pregunta de si consideraba viable hacer esto mismo pero para todo el Ministerio me respondió con evasivas, y finalmente, tras mi insistencia: si hablamos de utopías...
La tercera ha sido la semana pasada. Hablando del presupuesto de una parte del Ministerio. Como todos sabemos el Presupuesto actual del Estado es la prórroga (aunque minorada) del Presupuesto de 2011, y se han elaborado unos nuevos que se encuentran en el Congreso para su trámite de aprobación (asombrósamente un trámite ordinario en lugar de urgente). La conversación giraba sobre la impaciencia de las Unidades Gestoras en disponer de dinero para contratar, de todo el dinero del presupuesto nuevo, o del viejo. El problema: uno (el viejo) está en vigor, pero en algunas partidas es superior a lo que se va a poder gastar con el presupuesto nuevo; y por otro lado el presupuesto nuevo no está aprobado todavía. Le expliqué a la otra persona que entendía a las Unidades Gestoras porque hacía unos años yo trabajé en una de ellas, y es un trabajo duro y con mucha presión, sobre todo de los grandes jefes que acusan la Miopía del Directivo (solo les importan las consecuencias a corto plazo, al plazo que dura su mandato -Enric Bas), pero que ahora que estaba un escalón más arriba (en la estructura, no en importancia), no podía seguir pensando igual, porque desde mi posición tenía más datos para adquirir una visión diferente del problema, sin olvidar nunca la problemática del gestor, pero pensando en el Ministerio como conjunto. Y esa visión me hacía llegar a la conclusión de que no podemos trabajar tirando cada Unidad Gestora para su lado, porque todo está unido. Si intentamos, por ejemplo, adjudicar unas encomiendas de gestión para mantener el mismo nivel que antes del recorte y que así, por haber sido muy rápidos en comprometernos, no puedan obligarnos a recortar en esos medios, eso implicará que tengamos que recortar en otras partidas presupuestarias: Inversiones, I+D o salarios. Y la respuesta que escuché fue: "si vuelves a una Unidad Gestora espero que puedas aplicar esa utopía. Eso será posible cuando veamos la aplicación de Gestión Única".
Quizás sea un utópico, y ya he dicho que sí, que tiendo a ello, pero que lo considero necesario en cualquier organización para avanzar. De todas formas, pienso que lo que unos piensan que es utopía no es tal, no está tan lejano como piensan. En el primer caso pienso que por puro desconocimiento de lo que se le estaba exponiendo, en el segundo por soberbia, y en el tercero por la incredulidad que da la experiencia y la falta de resultados tangibles de un proyecto que está naciendo con fórceps. He de reconocer que al tercero es al que más simpatía le profeso, porque los otros adolecen del defecto de la soberbia.
Sólo se me ocurre una manera de explicar porque creo en esto, con un ejemplo. El Teorema de L´Hopital. Una indeterminación del tipo ∞/∞, imposible de resolver por lo lejano e intangible que nos queda el infinito, resulta que L'Hopital un día (quizás fruto del whisky) descubrió que era resoluble. Y así se vio que funciones que parecían inalcanzables, estaban más cerca de lo que creíamos.
-3/5, bastante más cerca que el infinito. ¿No nos estarán cegando nuestros prejuicios o la intangibilidad de lo que queremos conseguir y está a nuestro alcance?
Utopiemos para avanzar.