Los bosques gallegos, según la tradición, están poblados de meigas. Esto es de sobra conocido por cualquier ser humano. Pero lo que no es tan conocido es la cantidad de entes que pueblan dichos bosques. Unos bosques en los que la luz a duras penas atraviesa la frondosa vegetación. Árboles de todo tipo oscurecen hasta la mañana de verano más despejada y calurosa: eucaliptos de dimensiones gigantescas, pinos que entrelazan sus ramas, y castaños que siembran de minas puntiagudas los caminos.
En una de mis escapadas a través de la espesura pude encontrarme con algunas de esas criaturas, y observar como lentamente pero sin pausa devoraban a su presa. En una primera aproximación descubrí a la Hiedra devorando un árbol de unos siete metros de altura. Podéis ver la foto donde se aprecia que ya ha engullido más de medio espécimen.
Comprendo que al verlo en una foto el común de los mortales no aprecie el significado ni el peligro de internarse a través del agujero negro que conduce a la mitología gallega, pero una vez dentro te ocurre como a Dante cuando se adentró en el Infierno, aunque él llevaba de guía a Virgilio, y tú te encuentras sólo, o acompañado de tus miedos.
El valor se le supone a cualquier aventurero que ose cruzar al otro lado del espejo. Una vez dentro el miedo es libre, y normal, pues avanzando por la espesura de las sombras puedes ver algo más aterrador que la imagen de un árbol siendo devorado, una roca en plena digestión.
Aterrador comprobar que lo que se queda quieto durante cierta cantidad de tiempo, acaba siendo devorado por la insaciable vegetación.
Pero hay gente que por diversas circunstancias y avatares de sus vidas eligen cruzar la Laguna Estigia, y recluirse en lo más profundo de estos bosques y terminar aquí el resto de sus días. Uno de ellos fue Strómboli ¿Qué quién es Strómboli? ¿Es qué no habéis visto Pinocho? Strómboli es el malvado titiritero que compra a Pinocho e imagina el resto de su vida rico y rodeado de todos los lujos imaginables por tener una marioneta que se mueve sola, sin hilos. Cuando Pinocho, una vez terminada la función, le dice que tiene que volver a casa, aquél lo encierra en una jaula y se lo lleva mientras piensa en las riquezas que le esperan. Pero el Hada Madrina de Pinocho lo salva sin que el malvado Strómboli se de cuenta.
Ésta es la última imagen captada de la caravana de Strómboli.
En uno de mis viajes al lado oscuro, me di de bruces con el último paradero de este siniestro personaje. Seguramente por ver sus sueños rotos se le partió su avariciosa alma y acabó cayendo en las poderosas garras del bosque, de donde ya nunca pudo, quiso, o supo salir.
El documento gráfico que plasmo a continuación son los restos de su caravana, y el lugar que acondicionó como su última morada.
Lo habéis visto con vuestros propios ojos. No puedo poneros fotos del viejo Strómboli ya que, por mucho que lo busqué, no encontré rastro alguno de él. Cosa nada rara si recordáis el árbol y la piedra. Un duro y justo final para un tratante de muñecos de madera.
Quizás os preguntéis como puedo entrar y salir a mi antojo de estos bosques llenos de mouchos, coruxas, sapos, bruxas, demos, trasgos e diaños (buhos, lechuzas, sapos, brujas, demonios, duendes y diablos). Me casé con una gallega y eso es como un salvoconducto para entrar y salir. Eso sí, luego hay que aguantarla en casa y ya llevo 17 años. También debes saber moverte por estos lares, cosa nada fácil para quien no acostumbra a visitar el reino de las sombras. Os muestro a continuación como consigo moverme lo suficientemente rápido para evitar ser devorado por la flora gallega. Surfeando en la montaña.
2 comentarios:
Algo deben tener los bosques gallegos que desde la distancia siento su llamada. ¿Será que desciendo de algún deaño?
Uno de los libros que con más interés leí por lo bien que describía el mágico ambiente que aquí cuentas es El bosque animado. Es un maravilla de principio a fin, supongo que lo conoces.
Este verano estuve explorando una sierra yeclana y gocé con cada recoveco que encontraba. Cuanto más dificil de transitar estaba, más me gustaba, así que imagino perfectamente la emoción de encontrar la caravana de Strómboli medio devorada por la vegetación!! :D
Pero cuidado, Hit, la naturaleza es más lista que nosotros. No te fies de tu destreza con esa tabla. Como te quiera engullir, te engulle!
Un saludo (y otro a tu meigasposa)xD
Curioso que menciones "El bosque animado". Cerca del bosque por el que deambulo hay varios carteles que indican la dirección al "Mirador de la Fraga".
Yo no he tenido el placer de visitar la sierra Yeclana, pero me parece que debe ser tan apasionante perderse por ella como por la gallega. De pequeño hice varias acampadas por una zona cercana a la tuya, la sierra de Cazorla, con los Scouts de Cartagena. Ya ves, somos casi paisanos.
Un abrazo
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