Subidos sobre una carretera-puente que cruza el corredor del Morrazo, en Pontevedra, podemos aprender muchas cosas. Hay que salir de la Universidad y de los libros para realizar labores de investigación.
Observad la vista desde la carretera-puente.
Y ahora fijaros en las juntas de dilatación que hacen que el puente soporte las contracciones y dilataciones producidas por las inclemencias del tiempo.
Apreciémosla más de cerca.
Me cabe un pie, y no soy una geisha. Creo que el ingeniero era un tío muy precavido, o que se dio una secuencia como ésta:
- Ingeniero: vamos a dejar 5 cm de junta de dilatación. Es lo que sale con los cálculos.
- MOPU: aprobado el proyecto, pero ponerle un par de centímetros más sin que se entere el ingeniero. ¡No vaya a ser!
- Capataz: ¡Chaval! Separa esas juntas 3 centímetros más para no quedarnos cortos.
- Obrero: Le voy a meter 2 centímetros más, que si me quedo corto me cae una bronca que te pasas.
Ingeniero, MOPU, Capataz y Obrero: Igual nos hemos pasao. Por ahí cabe el pié de un tío. Echarle tierra para que no se note mucho.
Que os voy a decir. La vieja historia del país.
2 comentarios:
Y esto será algo de lo que lleguemos a percatarnos, pero ¿y la de fallos garrafales que no se verán a simple vista? ¡Miedo!
la próxima vez que pases debes dejar un cartel que avise del peligro a caminantes. Sobre todo a las geishas. xD
Algo así como:
¡Cuidado geishas, Hit suelto!
¿O no era esto lo que querías decir?
;)
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