Miércoles por la tarde. En la mesa del salón el portátil encendido, folios de trabajo esparcidos, y un informe a medio teclear. Trabajo urgente llevado a casa, algo que nunca debe hacerse y que se hace más veces de las debidas.
Suena el timbre de la puerta y aparece un ángel que me pregunta:
- ¿Papá hoy podemos hacer el dibujo del concurso? Como ya es un poco tarde.
+ Por supuesto E. Además no es tan tarde, nos da tiempo a acabar y mañana lo llevo al concurso.
Después de ducharse y cenar nos ponemos a pintar. Pinta ella, yo sólo subí los pinceles, las acuarelas y los acrílicos, y le enseñaba a no apretar fuerte con el pincel. Se acercan las 10:00 de la noche.
- Ya es tarde. Mamá va a volver de fisio y tengo que irme a la cama.
+ Si quieres acabarlo, hoy puedes acostarte más tarde. (Demuestro mi valentía antes de que llegue mi mujer).
Se escucha la puerta. Sudores fríos perlan mi frente. E. Disfruta pintando y su hermano L. chinchándola. Noto una punzada en la espalda. No quiero pero me giro. Mi mujer nos está mirando desde la puerta. Aquí quería yo ver a Billy el Niño. No dice nada y oigo sus pasos dirigiéndose a la habitación. ¿Me hará la petaca en la cama?
Terminamos el dibujo a las 22:30. E. está feliz, yo también. El dibujo es precioso.
Acometo la segunda parte del plan. Lo llevo a la habitación y se lo enseño a mi mujer. Le encanta, el cielo se despeja, parece que no habrá tormenta.
- ¿Lo vas a llevar al concurso papá?
+ Por supuesto peque.
Se va a la cama haciendo cábalas.
- Yo quiero el tercer premio, el primero no me gusta.
+ ¿Te has divertido?
- Sí. Mucho.
+ Pues eso es más importante que el premio. Buenas noches.
- Gracias papi. Pero ahora tú te acuestas tarde porque tienes que hacer tu trabajo, y has estado conmigo con el dibujo.
+ ¿Por qué dices eso?
- Porque he visto tu ordenador encendido, y tú has estado todo el rato conmigo.
+ Eso no importa. Perdóname tú por no haber estado más rato contigo. Eso es más importante.
Un beso, ella se duerme y yo miro el informe en el ordenador con odio. Prometo no traerme más trabajo a casa sabiendo que faltaré a mi promesa. Me encantan mis hijos.