Siglo XXI, viajamos a la Luna, colocamos satélites en órbita como quien cuelga cuadros, preparamos viajes a Marte, construimos una Estación Espacial Internacional, o por lo menos eso nos cuentan en nuestro particular Second Life, es decir, la tele.
La tecnología ha avanzado de forma exponencial en los últimos años, aunque haya sido sin control, y al servicio de intereses personales de individuos o grupos con una miopía que sólo les permite ver a corto plazo. La prueba la tenemos en que el catarro común o la gripe siguen en el mismo estado que hace años, hay que pasarlos, con un ligero avance en los elementos paliativos de los síntomas.
Por eso adjunto la foto de lo que he encontrado hoy en la calle. Un proyecto de obra para licitar o vender ocupa cientos de hojas y planos, con cálculos indescifrables para los no iniciados en la Ingeniería, dibujos del proyecto futuro acabado, estudios de impacto medioambiental, simulaciones por ordenador, uso de programas como AUTOCAD y otros de complicados cálculos estadísticos.
Sin embargo, sales a la calle y ves la realidad. Pintado con brochazos amarillos, la orden de donde hay que picar. ¿Dónde están las modernas técnicas de dirección y de comunicación? ¿Es todo pura fachada y aquí no se ha avanzado nada? ¿O, simplemente, nos gobiernan las formas, el marketing, pero en el fondo seguimos igual que hace siglos?
Sin embargo, sales a la calle y ves la realidad. Pintado con brochazos amarillos, la orden de donde hay que picar. ¿Dónde están las modernas técnicas de dirección y de comunicación? ¿Es todo pura fachada y aquí no se ha avanzado nada? ¿O, simplemente, nos gobiernan las formas, el marketing, pero en el fondo seguimos igual que hace siglos?
Somos el sumun de la exaltación de la apariencia. Hemos evolucionado, pero mucho en las formas y muy poco en el fondo. Nos encanta que nos adornen las cosas aunque no tengan ningún fundamento, y no nos gusta que nos las expongan directamente y sin artificios.
No somos más que otro Second Life. Y los que viven de esto están cada vez más interesados en que continue así.
El Leviatán de Hobbes sigue teniendo plena actualidad, sólo ha evolucionado y cambiado su aspecto gracias a las técnicas virtuales, y a nuestra pasión por adorar las formas y no interesarnos por el fondo.
"PICAR". Mañana iré allí con una manta a cuadros, una tortilla y una cerveza y cumpliré la orden. Hasta que un capataz con PDA con WIFI y BLUETOOTH, me amenace con darme dos garrotazos si no me piro, al más puro estilo siglo XXI. El siglo en el que los coches volarían. ¡Ntchs!
Pues eso, que me voy a comer.
1 comentario:
Como dice el capataz del ingeniero: " así no hay quien se "cubique"...:)
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