El viernes fallecieron cuatro militares españoles que se encontraban en Haití ayudando a la reconstrucción del país tras el reciente terremoto. El fallecimiento se produjo por un accidente del helicóptero en el que se desplazaban desarrollando labores logísticas.
La de Haití no está considerada como una Operación de Paz, pero nuestros militares se encuentran allí dando el callo, al igual que lo hacen en otras zonas del planeta, en Operaciones de Paz, en guerras y protegiendo a los pescadores de los piratas.
Hasta aquí todo es conocido, y no es lo que me ha hecho escribir este post. Lo que ha desencadenado esta escritura es que me he puesto a pensar que hay gente que se está dejando la piel por ahí fuera, y también dentro de nuestro país, y que son precisamente los que desarrollan estas profesiones los peor valorados en nuestro país. Incluso a veces se les atribuyen ideas políticas, comportamientos extremistas,... sin conocerlos de nada, y sin que nadie se pare a pensar que detrás de sus uniformes y sus profesiones hay personas, con familias, que piensan igual que los demás, a los que les gusta el fútbol, las mujeres, los hombres, que son de izquierdas, también los hay de derechas,... que son como todos los demás.
Se asocian esas profesiones, militares, policías, con la represión y con los extremismos. Nada más lejos de la realidad. Esas profesiones están llenas de gente muy preparada que se juegan la vida por defender a los demás, por intentar crear un mundo mejor y más seguro, que para realizar su trabajo se separan de sus familias durante meses, y que realizan su trabajo en unas condiciones de gran dureza.
Es curioso, pero el comentario general sobre nuestros Ejércitos y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad suele ser despectivo, y no nos damos cuenta de lo avanzado de la tecnología que utilizan, de lo difícil que es acceder a esos empleos, del nivel de estudios y actualizaciones que se requieren, y del grado de sacrificio y entrega que debe poseerse. No valoramos lo que tenemos. Es como los niños pequeños, que siempre ven mejor lo que tiene su amigo.
Tenemos unas Fuerzas Armadas y unos Cuerpos de Seguridad de un gran nivel, con unos excelentes profesionales, que no tienen nada que envidiar de otros de este mundo, y que desarrollan una labor muy necesaria. Todos hemos necesitado a la Policía alguna vez o hemos agradecido su presencia. Incluso los atuneros vascos han pedido que les defienda el Ejército.
Es ésta una reflexión desde la pena que se habrá instalado en la casa de las familias de los militares fallecidos en Haití este fin de semana, al igual que antes ocurrió en otros lugares de la Tierra. A esas familias les doy mi más sincero pésame, y a ellos las gracias por su valor y entrega desinteresada.
Éste es un post que me hubiera gustado no escribir, pero creo que estas personas se merecen nuestro respeto, y homenajearlos como es debido, como hacen otros países.
Dejemos el pasado en su sitio, esto es atrás. Maduremos como ellos han madurado, y sintámonos orgullosos de ellos.
Para todos los fallecidos de nuestros Ejércitos y Cuerpos de Seguridad, mi más sincero agradecimiento por su entrega (que ojalá no hubiera tenido un final tan trágico), mi respeto y mi admiración. Y para sus familias todo mi apoyo y cariño.
4 comentarios:
Se me ha encogido el corazón ante esta tragedia.
Imagino el profundo dolor de sus familias y el abatimiento de la dotación y se me llenan los ojos de lágrimas.
Sí Last. No son momentos fáciles para esas familias.
Espero que puedan superarlo, aunque no creo que puedan hacerlo del todo, lo antes posible.
Después de lo leído, poco puede uno añadir, salvo secundarlo totalmente.
Gracias por compartir esta opinión JuanRa.
Creo que todos deberíamos solidarizarnos con ellos.
Un abrazo
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