- ¡Y a eso le llaman encofrado! En mis tiempos sí que se trabajaba bien y con buenos materiales, no como ahora. Yo sólo me hacía una viga en un par de horas. Ahora los obreros protestan por todo: que si mi cuarto de hora del bocata, que si mi casco y mis botas de seguridad. Así están, que se caen del primer piso y pal otro barrio. Anda que no me he caído veces yo del cuarto piso, pero con la cabeza curtida y tu buen pañuelo con cuatro nudos, aprovechabas para tomar un carajillo y volvías al tajo.
+ Y que lo digas Anselmo. Fíjate esa pared, está pidiendo una mano de llana a gritos, pero los señoritos necesitan un andamio con poleas. Es como si te pusieran un ascensor para darle la mano yeso. Nosotros nos subíamos en una cuerda y un compañero tiraba de ella cuando se lo decías.
Me acuerdo del Púa. Estaba sujetando la cuerda mientras yo trabajaba la pared. Vio cinco duros en el suelo, se agachó a cogerlos, ¡eran cinco duros!, y al soltar la cuerda caí desde el tercer piso sobre él. Los cinco duros de la suerte les llamaba, porque solo se partió las dos piernas y podía seguir trabajando sujetando la cuerda. Que majo era el Púa.
- Sí. Era un cachondo. ¿De qué murió?
+ De un atracón de fabada. Se zampó tres ollas de las de cinco litros. Al médico que le hizo la autopsia tuvieron que ingresarlo en la UCI un mes.
- ¿Por qué?
+ Porque le hizo la autopsia a las cuatro de la tarde, y el Púa era como un reloj para sus cosas, así que incluso muerto se tiró un pedo de los que él llamaba tipo Chernobyl, y el blandengue del médico cayó redondo. Creo que lo jubilaron por insuficiencia respiratoria.
- Las cosas del púa. Ja, ja, ja, ja. Genio y figura.
Esto, que me desvío. Me había quedado mirando la nevera casi vacía y pensando que hacer de comer. Pues eso, observé el material y me decidí por improvisar una especie de lasaña con las placas hechas de hortalizas, y cuando se lo dije a mi hija:
- Voy a hacer Lasaña hortensia.
+ ¿Y eso qué es?
- Una lasaña con las placas hechas hortalizas. Casi mejor le llamo Lasaña de hortalizas.
+ No. Lasaña hortensia mola más.
Y con ese nombre se quedó el experimento, que por cierto resultó estar muy rico.
Os paso la receta.
Necesitaréis:
1 Berenjena
1 Calabacín
1 Cebolla mediana
1 Pimiento de freir
500 gr de carne picada mixta
1 lata de tomate triturado
Medio bote de Besamel (Yo uso Santa Teresa)
Pebrella u Orégano (lo que encontréis más fácilmente)
Queso rallado para gratinar
Aceite
Sal
Azúcar (opcional)
Perdóname Lola. Te aseguro que un día haré la beisamel yo.
Picamos la cebolla y el pimiento. Cortamos en rodajas el calabacín y la berenjena, y le echamos sal a esta última para quitarle el amargor. A los 20 minutos secamos el agüilla que hayan soltado las berenjenas.
Ponemos un poco de aceite en una sartén y pochamos la cebolla.
Antes de que se acabe de pochar añadimos el pimiento.
Cuando se ablanden añadimos la carne picada, que previamente habremos salado.
Una vez esté cocinada la carne agregamos el tomate triturado.
Le ponemos una cucharada de café de azúcar para matar la acidez del tomate.
Le agregamos un poco de sal.
Le añadimos la pebrella (o el orégano)
Lo cocinamos hasta que se reduzca un poco el tomate.
En otra sartén freímos con poco aceite las rodajas de berenjena y las de calabacín. Las sacamos a un plato con papel de cocina para que escurran el aceite sobrante.
Colocamos una capa de rodajas de calabacín en una fuente de pirex, o de barro.
Añadimos la carne con tomate.
Incorporamos las berenjenas.
Lo cubrimos todo con una capa de besamel.
Y añadimos el queso rallado.
Calentamos el horno 10 minutos a 180 grados en modo grill y metemos la fuente.
Cuando se haya gratinado lo sacamos del horno y obtenemos nuestra deliciosa lasaña hortensia.
Un plato muy rico creado con las sobras de la compra, con un nombre surgido de mis tonterías y la aprobación de mi hija.
4 comentarios:
Me imagino al pobre médico del Púa muerto de asco con los gases del atracón de fabada y me parto de risa ¡eso sí que eran obreros y no los de ahora!
Tu hija tiene razón, el nombre de hortensia le queda muy chulo a esta estupenda lasaña vegetal ¡una idea genial si no se tiene pasta!, pero con el subidón de precio que ha tenido el calabacín y la berenjena, barata no es, pero rica muchísimo ¡ummm, menuda pinta tiene!
Un beso enorme.
Sí, es una buena receta si no tienes pasta italiana, pero como bien dices tienes que tener pasta en euros, porque el calabacín y la berenjena se están poniendo por las nubes.
Besos Montse.
Y qué fácil resulta cocinar desde mi sofá, leyéndote y viendo el progreso en cada foto.
Pero yo, a diferencia de los jubiletas criticones te aplaudo y hasta te hago la ola. Pareces valer tanto para un roto como para un descosido. Ole tú!
Va chiste:
¿Qué le dice Homer a Marge cuando ésta se come un par de donuts?
- Me gustas. Sobre todo tu interior.
Gracias JuanRa. Se hace lo que se puede.
Y como tú mismo indicas, se observa que Homer no es nada superficial. También le gusta la entraña. Ja ja ja ja. ¡Entrañaaaaaaarrrrrgggggglllll!
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