Hoy es un buen día, me va de dulce, veo el mundo de color de rosa. Claro que es fin de semana. Seguro que el lunes cambia. Estoy deseando que lleguen las vacaciones de verano. Y cuando se acaben desearé que llegué algún puente.
Las vacaciones de verano tienen grandes cosas: excursiones montaña arriba, perderme por los bosques gallegos, comer pescado fresco de la lonja, el licor café casero de después de comer, el cubata con la brisa nocturna, las pizzas de Jose, el arroz del mediterráneo, los paseos por la playa,... ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?
El año pasado paseamos por el terreno cercano a la antigua fábrica de MASSÓ, y estuvimos cogiendo moras de los zarzales. Quizás este año también lo hagamos, y quizás, si están bien maduras, hagamos una tarta de frutas del bosque, o la receta de hoy con la variante de utilizar moras en lugar de fresas.
Tendrían que ser más largas las vacaciones. Alguien dirá que si fuera así no las apreciaríamos igual. Insisto: tendrían que ser más largas las vacaciones. Me declaro Hedonista radical y seguidor de Epicuro. ¡Que tío más grande! No creo que esto pille a nadie por sorpresa, ya que mi ídolo actual es Homer Simpson. Es más, mi aspiración para cuando llegue la edad adecuada es retirarme a ejercer la labor de las dos cañas: la caña de cerveza y la de pescar. Incluso si tuviera suerte, dinero, y no fuera muy mayor, conseguiría ejercer la de las tres cañas, que consiste en disfrutar de las otras dos a bordo de un barquito.
Como he dicho al principio hoy todo es color de rosa, todo va de dulce, por eso la receta es de un postre, y de un postre con fresas.
Necesitaréis:
300 gr de fresas
200 ml de nata para montar
3 huevos
150 gr de azúcar
Chocolate negro
Lavamos las fresas, les quitamos el tallo y las cortamos en cuatro trozos.
Las colocamos en un recipiente para batidora con el azúcar y las dejamos macerar durante 15 minutos.
Separamos las claras de las yemas, y las colocamos en un recipiente para montarlas.
Montamos las claras con la batidora. Tiene una velocidad especial para esto, suele ser la más lenta, y un accesorio en forma de varillas.
Ahora que estamos puestos en el tema montado hacemos lo mismo con la nata.
Quitamos el accesorio de montar, y trituramos las fresas que habíamos dejado macerando con el azúcar. Ahora podéis darle velocidad a la batidora, dadle puño como un Marc Márquez cualquiera, pero con cuidado o terminaréis pintando la cocina de rosa.
Mezclamos la nata montada con las fresas batidas, y luego mezclamos las claras montadas realizando movimientos envolventes con una cuchara.
Finalmente dejamos la mezcla unas horas en la nevera, mínimo 3 o 4 horas. Al término de este tiempo servimos el postre en tazas, rallamos un poco de chocolate por encima, y nos apartamos porque sino nos arrollan los niños,..., y los mayores.
Un dulce fresco para el verano, y apto para todos los públicos. Ya aprenderé a hacer cócteles y publicaré la receta de la Caipirinha para los mayores. Sois unos viciosos.
2 comentarios:
¡Eso, eso, la cahipiriña!
Mientas, me conformo con el mousse de fresa que, por cierto, puedo hacer con moras porque no más allá de la valla de mi jardín hay un zarzal que cada verano me regala con unas moras que pa qué, jiji, yo me las tomo tal cual, o dejándolas una hora en la nevera para que estén fresquitas o bien las pongo dentro del yogur desanatado como si fueran tropezones ¡guauuu, están de lujo!
Me apunto a este postre fresquito, al tema de las cañas (las tres) y a lo que sea, que yo también estoy deseando hacer vacaciones, caray.
Un besito.
¡Tienes un zarzal con moras al lado de tu jardín! ¡Eso es suerte!
Lo de mezclarlas con un yogur, y todo fresquito, es una idea apetitosa. Me pones los dientes largos.
Brindemos con cahipiriña por esas vacaciones que nos merecemos y mucho.
Besos
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